El
pasado 15 de diciembre AMECADEC
participó en la Jornada-Homenaje organizada a Todas
las víctimas y todos los represaliados por el franquismo en la ciudad de Cáceres, del
que os dejamos una breve crónica:
El
acto se inició con unas palabras de Maria Blanca Vila Brú, presidenta de
PROMECECA. A continuación se presentó el
libro La siega del olvido. Memoria y
presencia de la represión, cuyo autor, Pedro Piedras Monroy, natural de
Navas del Rey, compartía con los asistentes las siguientes palabras: “Ángel
Piedras era hermano de mi abuelo, fusilado en Cáceres en enero de 1938. Su
testimonio tiene que ver decisivamente con mi interés y mi dedicación a la
historia…Cuando Ángel Piedras muere en 1997, deja en casa de su hija Petra
varios cuadernos y varias listas de
represaliados. En ellos, aparecen el nombre, uno o dos apellidos y el mote, si
lo hubiera, de cada uno de los represaliados de Navas del Rey”
A continuación tuvo lugar la mesa redonda, Memoria Histórica y sociedad civil en
Extremadura. Panorama actual, a cargo
de representantes de PROMECECA, AMECADEC y ARMHEX . Todas las asociaciones
coincidieron en denunciar que en nuestro país se sigue denegando el derecho a
la verdad, a la justicia y a la reparación, basándose en impedimentos del
derecho interno: una errónea interpretación del principio de legalidad penal,
la prescripción, el fallecimiento de los culpables, la Ley de Amnistía y la Ley
de Memoria Histórica. También se debatió
sobre los objetivos que deben guiar el trabajo de las asociaciones memorialistas,
en torno al cumplimiento de la legislación vigente, dirigir el trabajo de
visibilización hacia la sociedad civil o propuestas para presentar un frente común.
Se presentó
después el monográfico de la Revista
Memoria Antifranquista del Bajo Llobregat nº 12, El genocidio franquista en Extremadura, interviniendo algunos de los autores de los trabajos. En palabras
que Francisco Ruiz Acevedo,
Presidente de la AMHDBLL, expone en el propio monográfico, esta publicación “va dirigida a todas las familias
extremeñas que padecieron, y no olvidan, todos y cada uno de los horrores represivos
de toda índole perpetrados por los golpistas fascistas y que a estas alturas no
tienen el menor conocimiento de sus familiares desaparecidos y enterrados en
fosas comunes para ofrecerle el homenaje merecido y el consiguiente y digno
enterramiento”.
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